19 de julio de 2022
Un cambio global a iluminación LED puede acelerar el impulso hacia la eficiencia energética y la neutralidad en carbono.
En la conferencia COP26, celebrada en Glasgow en noviembre de 2021, gobiernos y empresas se deshicieron en promesas y compromisos para reducir las emisiones, ampliar los esfuerzos en materia de sostenibilidad y lograr la neutralidad de carbono. Sin embargo, para conseguir un impulso real, las palabras deben convertirse en acciones.
Para hacer viables estas ambiciones, los propietarios de los edificios deben lograr edificios eficientes energéticamente y neutrales en emisiones de carbono, a la vez que mantienen o aumentan la calidad de vida de las personas que trabajan y viven en ellos. Los reacondicionamientos en busca de la eficiencia energética son cruciales aquí, pero llevan tiempo y este se está agotando. Es aquí donde entra en juego la iluminación.
Actualizar los puntos de luz convencionales a iluminación LED sostenible, sustituir los puntos de alumbrado urbano estándar por puntos de alumbrado urbano conectado y postes inteligentes, poner el sistema de iluminación bajo gestión inteligente... Cambios como estos son mucho más rápidos y menos invasivos que cambiar los sistemas de climatización y de agua. No es que las renovaciones de edificios no deban incluir estas técnicas de ahorro energético, sino que el cambio a LED conectados y gestionados puede aumentar la eficiencia energética, reducir los costes y disminuir las emisiones de carbono ahora.
La iluminación LED sostenible suele producir luz útil durante al menos 15 veces más tiempo: más de 30.000 horas de tiempo de encendido antes de tener que sustituirlos, en lugar de las 2.000 horas de las fuentes de luz convencionales, y consumen hasta un 80% menos de energía que sus homólogos convencionales. Una mayor vida útil de los LED impulsa el ahorro a lo largo del ciclo de vida del producto: ahorro en materiales al fabricar productos de iluminación que duran mucho más, ahorro en costes de instalación para sistemas que estarán funcionando durante 10 años o más, ahorro en costes de mantenimiento y sustitución con puntos de luz que no fallan ni se agotan, y reducen significativamente la demanda eléctrica durante las operaciones.