Durante la mayor parte de la historia humana, la luz solar determinó cuando las personas trabajaban, comían y dormían. Sin embargo, con la llegada de la luz artificial, nos hemos alejado de estos ritmos naturales, lo que ha afectado a nuestra salud y bienestar. ¿Cómo le podemos dar la vuelta? Es decir, ¿cómo podemos utilizar la iluminación artificial a nuestro favor para estar alineados con nuestro reloj interno?
A día de hoy la iluminación inteligente es capaz de reproducir las diferentes tonalidades de blanco que necesitamos las personas a lo largo del día, imitando la luz solar natural que deberíamos recibir y, por tanto, ayudándonos a mantener un ciclo circadiano saludable. ¿Cómo? De una manera muy sencilla. Desde la app con la que controles tu iluminación, ya sea Philips Hue o WiZ, estableces una rutina estimada. Es decir, poner las 7 am como hora a la que te sueles levantar entre semana y las 11 pm como hora de acostarte, por ejemplo. De esta forma, a lo largo del día, cuando necesites encender la luz, esta tendrá una tonalidad acorde al momento del día en el que te encuentres, ya que se irá ajustando automáticamente en base al horario que le has indicado. Si es por la mañana, la luz será más brillante para favorecer el despertar y mantenernos alerta, mientras que al caer la noche la luz se irá atenuando y haciendo cada vez más cálida.