Está demostrado que la luz tiene un gran impacto en las emociones y los procesos fisiológicos. La luz afecta al ritmo circadiano, la calidad del sueño, los niveles hormonales y el rendimiento cognitivo de las personas. Dado que las personas pasan una media del 90% de su tiempo en espacios interiores, y el 36% de ese tiempo en el lugar de trabajo, una iluminación adecuada es crucial para ayudar a las personas a ver bien, sentirse bien y ser productivos.