22 de marzo de 2023

Las soluciones IoT avanzadas hacen falta ya

El nuevo año trae problemas conocidos para las ciudades de todo el mundo. Muchos países siguen enfrentándose a multitud de crisis: el cambio climático sigue acelerándose, las economías están bajo presión y los consumidores tienen que hacer frente a la inflación y a unas facturas energéticas que están por las nubes.

Pero el nuevo año también trae consigo un renovado optimismo y un nuevo enfoque. Los innovadores no dejan de descubrir nuevas formas en las que la soluciones IoT pueden contribuir a afrontar las dificultades que se avecinan y a resolver una serie de problemas tanto de forma inmediata como a largo plazo.

Después de abordar las principales tendencias IoT desde una perspectiva general, este año hacemos un repaso por las soluciones IoT que nos van a poder ayudar avanzar en el camino hacia la sostenibilidad.  

Los presupuestos municipales son ajustados. Ya sea por la tensión de la regeneración pospandémica o por el impacto global de la guerra en Ucrania, muchas economías están al límite. Los responsables municipales pueden tener el objetivo de desarrollar y mejorar sus infraestructuras, pero sin financiación es sencillamente inviable.

Por suerte, las administraciones están empezando a tomar medidas. Sin prisa pero sin pausa, se están estableciendo programas de financiación que prometen apoyar proyectos de infraestructuras y ayudar a las ciudades a alcanzar el objetivo de ser sostenibles, mejorando al mismo tiempo la salud y el bienestar de los ciudadanos.

Por ejemplo, el Pacto Verde de la UE, que promete poner miles de millones de euros a disposición de las ciudades que quieran mejorar la eficiencia energética de sus edificios públicos, avanzar hacia un modelo de transporte sostenible o crear empleo para las generaciones futuras. En EE.UU., la Ley para la Reducción de la Inflación (IRA) de 2022 representa la mayor inversión en clima y energía de la historia del país, permitiéndole así "hacer frente a la crisis climática y avanzar en la justicia medioambiental". En Asia se ha puesto en marcha el Fondo de Infraestructuras de la ASEAN.

Todo esto significa que, a medida que las ciudades comienzan a considerar cómo pueden modernizar su infraestructura y explorar soluciones de IoT e innovaciones sostenibles para ayudar en la lucha contra el cambio climático, la financiación supone una barrera menos a la que hacer frente.

La industria del transporte se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono para 2050. Es un objetivo ambicioso, que parece aún más abrumador si se tiene en cuenta que el 72 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el transporte proceden de coches y camiones. Hay miles de millones de vehículos en las carreteras, así que ¿cómo reducir radicalmente sus emisiones y avanzar hacia un modelo de transporte sostenible? Con la electricidad.

La adopción de vehículos eléctricos se ha acelerado en los últimos años, pero la escasez de estaciones de recarga en las ciudades y en los pueblos es un serio obstáculo. Los consumidores valoran la comodidad y la adopción de los vehículos eléctricos se estancará si resulta mucho más difícil ir del punto A al punto B que con sus predecesores.

¿Dónde encajan las soluciones IoT? Para empezar, las farolas LED conectadas pueden diseñarse para servir como activos digitales verticales que las ciudades pueden utilizar para desplegar capacidades conectadas en todo el municipio, desde puntos de acceso a una red de banda ancha pública hasta puntos de recarga de vehículos eléctricos instalados directamente en los postes de la luz. El ahorro de energía del alumbrado público LED y los edificios inteligentes pueden contribuir a equilibrar el aumento de la carga eléctrica, mantener los costes en niveles bajos y evitar la generación de más energía.

La UE ha aprobado una normativa que prohíbe el uso de la iluminación fluorescente convencional. Esta prohibición se ha hecho esperar: las bombillas fluorescentes no solo son anticuadas e ineficientes, sino que contienen materiales nocivos como el fósforo y el mercurio. Con la entrada en vigor de la prohibición a principios de 2023, el cambio a la iluminación LED energéticamente eficiente se acelerará aún más de lo que lo ha hecho en las dos últimas décadas.

A veces, hacer lo correcto es cuestión de no tener la opción para hacer lo incorrecto. La teoría de la paradoja de la elección afirma que, en lugar de proporcionar libertad, disponer de demasiadas opciones en realidad complica el proceso de toma de decisiones y provoca más estrés a largo plazo. La prohibición de la iluminación convencional fluorescente por parte de la UE ha eliminado esa posibilidad de elección de los propietarios de edificios y los responsables de la toma de decisiones municipales, orientándolos (o más bien obligándolos) a explorar la iluminación LED no solo como la mejor opción, sino como la única.

El aumento previsto en el uso de LED supone mayores oportunidades para los proveedores de soluciones de iluminación conectada e IoT, ya que miles de empresas y ciudades buscan modernizar su iluminación existente.