En interiores, los sistemas de iluminación inteligente basados en LED con sensores integrados pueden hacer que los edificios, que generan el 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, sean mucho más eficientes desde el punto de vista energético.
Los sensores de ocupación integrados en un sistema de iluminación inteligente pueden atenuar de forma autónoma la luz de las habitaciones y otros espacios cuando están desocupados e iluminarlos cuando hay gente, brindando un nuevo grado de control sobre el uso de la electricidad: se acabaron las formas de iluminación de la vieja escuela en las que las luces están encendidas o apagadas, y que a menudo iluminan espacios vacíos de forma continua o durante un tiempo determinado.
Al igual que en la Smart City, los sistemas de iluminación conectada pueden servir de base para construir un ecosistema inteligente. Es un lugar lógico para empezar, ya que la iluminación debe instalarse en todos los lugares de un edificio, con independencia de cualquier otro servicio o instalación. Los sistemas de iluminación inteligentes que utilizan arquitecturas y protocolos de red estándar como Ethernet, pueden integrarse con otros sistemas en un edificio para crear sinergias que aporten valor adicional.
Cuando se integra con los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado de un edificio, por ejemplo, un sistema de iluminación inteligente puede controlar las condiciones internas y externas, abriendo las persianas para aprovechar la luz solar que recibe de manera directa el edificio, lo que permite reducir la calefacción, o abriendo las ventanas para permitir la circulación de aire fresco, reduciendo el uso del aire acondicionado. A gran escala, estas soluciones pueden reducir notablemente tanto los costes como el uso de la energía.
Los propietarios de inmuebles corporativos pueden usar distintos tipos de datos recopilados por sensores para hacer más sostenibles las operaciones. Un sistema de iluminación inteligente que albergue sensores de ocupación puede recoger datos sobre los niveles de uso y las actividades en todo un espacio iluminado a lo largo del tiempo. Estos datos se pueden utilizar para realizar análisis de optimización del espacio. Si se necesita menos espacio porque hay zonas de una planta o incluso plantas enteras que están infrautilizadas, estos espacios pueden calentarse, refrigerarse e iluminarse mínimamente, o incluso podrían alquilarse o venderse para reducir la huella física de las operaciones. Cada una de estas acciones tiene el potencial de reducir los costes, ahorrar energía y reducir las emisiones.
Es más probable que las soluciones de iluminación inteligente a gran escala se implanten en contextos de oficina o industriales, pero también están disponibles para el sector de la vivienda, en el que se pueden llevar a cabo medidas de ahorro energético similares. El simple hecho de cambiar la iluminación del hogar a LED ofrece reducciones inmediatas en el consumo energético y, por tanto, tiene un impacto positivo en los presupuestos destinados a la energía.
Con el LED conectado, los espacios residenciales también pueden conseguir muchas de las ventajas de empresas y municipios, por ejemplo, la regulación inteligente, la detección de la ocupación, las notificaciones automáticas, la supervisión y el mantenimiento del sistema a distancia y la integración con otros sistemas, como la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado. Los edificios de apartamentos y las casas particulares inteligentes que ponen la tecnología conectada al servicio de la ecología participarán cada vez más en la respuesta global al cambio climático.